lunes, 15 de diciembre de 2014

EL SONIDO DEL MAR

He vuelto a escuchar el mar.
Me habló de la inquietud de las medusas, de las estrellas y ballenas.
Puedo oír en cada abatida de las olas como me trasmiten lo que sienten, su temor a que nunca vuelva con ellas, que me quede en tierra y olvide por siempre cuál es mi verdadero origen, de dónde provengo, quienes son mis antepasados y por qué el mar me sigue hablando en el idioma de las sirenas.
Quizá haya llegado el momento y deba partir hacia aquél puerto suspendido en la superficie de mi Océano, donde mi destino será el que estaba escrito en los arrecifes, con toques de coral y adornado con brillantes perlas. Un destino del que no sería capaz de escapar aunque en este árido mundo hallase lo que más deseo.Tarde o temprano se cumpliría aquella promesa, la que ha permanecido bajo las aguas durante todos estos años desde mi alumbramiento y, me ha estado acechando desde que me sumergí en el fondo del mar por primera vez, o incluso mientras caminaba por los bosques y senderos de la tierra.
Sí, ha llegado el momento.
Mi cabello crecerá, mis piernas desaparecerán y mis pulmones sabrán a sal, todo se convertirá en mar, incluso el cielo se tornará del color de las aguas y el sol será un destello en el techo de mi nuevo hogar.
Me marcho, aquél que llamaron esposo de la luna, me espera.

Fotografía de Estefanía Corbalán.


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