martes, 8 de marzo de 2016

DONDE RESIDE EL AMOR

Caminamos ciegos hacia lugares que creemos desconocidos pero que en realidad forman parte de nosotros desde que fuimos concebidos. Nos sentimos vagabundos en nuestras propias vidas, almas perdidas a merced de las modas que impone la sociedad. Cargamos con el peso de cientos de vidas anteriores, de experiencias que en realidad ya no existen. Todo aquello que vamos dejando atrás en nuestro andar y no somos capaces de soltar, un lastre que arrastramos  durante toda nuestra aforada y extraña vida.
¿Quiénes son todas esas personas que aparecen a nuestro paso? Quizá son piezas de un puz
zle, como en una gran colcha de patchwork, donde cada uno va cosiendo sus propias vivencias sin saber muy bien el sentido que tendrán al final. Millones de colores, de telas que se unen por los hilos del azar, formando una geometría perfecta que nos abrigará tan solo al final de nuestros días. Una manta tejida de emociones, de frustraciones, de encuentros desafortunados, de corazones clandestinos, de caricias deseadas y pasiones camufladas siempre bajo unas sábanas raídas que te harán despertar de un sueño. ¿Es ahí dónde reside el amor? Es posible. Con suerte lo descubrirás antes de perecer, antes de que sea demasiado tarde. Si es así, serás entonces uno de esos seres afortunados, y disfrutarás del amor que la vida esconde tras sus anónimos nombres.
Seas quién seas, coge aguja e hilo. Aprende a coser antes de que tu tiempo se acabe. No te quedes sin tu colcha, sin ese fragmento de amor que solo tú serás capaz de plasmar, utiliza cada pequeño trozo de tela, por insignificante que te parezca, pues todo unido formará una bella composición repleta de defectos e imperfecciones.
Eso, y solo eso serás tú al final del camino. Allí es donde reside el amor.

* Imagen y música de la película "Donde reside el amor"

https://www.youtube.com/watch?v=PNIiPBsnftI