lunes, 27 de abril de 2015

CONFESIÓN

Hay momentos en los que las circunstancias, lo que sientes, te conducen inevitablemente  a las palabras.
Eso está bien, aunque a veces ocurre de una forma tan sumamente catalizadora y exorcizante que, no eres capaz de ordenar en tu cabeza ni una sola frase coherente. Respirar y escribir, plasmar palabras sobre el papel, eso es simplemente lo que deseas hacer. Vomitar todo aquello que se atropella en tu interior y se convierte en un fantasmagórico nudo dentro de tu garganta.
Estoy segura de que habéis sentido esto alguna vez, sea o no la escritura vuestra forma de expresar las emociones.
Quién sabe lo que encontrarán cuando muera entre mis libretas y carpetas, es posible que nada de interés para nadie. Pero mientras siga viva necesito imperiosamente compartir, desmembrar los sentimientos para que así se hagan pequeños y pueda con ellos. Cada día una nueva batalla.

Imagen de la película: " To the Wonder"


https://www.youtube.com/watch?v=Zxn0-KNyAZU

sábado, 11 de abril de 2015

BUSCANDO Y LA VENTANA

Concurso "Microrrelatos Velvet II"

Agradecida, comparto con vosotros mi relato ganador "Buscando" y también "La ventana" En esta segunda edición podíamos concursar con dos textos.
Ambos importantes y significativos para mí

Buscando





Una vez me abrí el pecho para ver qué había dentro. Encontré cintas de colores, nubes de color rosa, un océano metido en una botella, terrones de azúcar, un pedazo de ternura, pequeños trozos de cariño con forma de gominola, algo de genio sin lámpara, una cabeza hueca, una señal de Stop, lavanda en un frasco, un melón, una muñeca Barbie, el estribillo de una canción, la rama de un árbol, un libro, una fotografía, tres pequeñas botellas rojas con olor a hoguera de San Juan, una madre que abrazaba a un padre, un ticket de autobús, la entrada de un concierto, tu imagen, la mía, hermanos, una cinta de cassette, la portada de un disco, una libélula, una moneda, un poema, un recuerdo empaquetado, una despedida, un rayo de sol, el olor de la lluvia pegado a un paraguas, el borde de un acantilado y la sonrisa de un gorrión.

* Imagen de la película " El paciente inglés" 

(Escotadura supraesternal - El bósforo de Almasy)



La ventana  

Un pequeño habitáculo al que había sido confinada después de sucesivas recaídas, se convirtió en su “hogar”. Consumida y demacrada, con los ojos hundidos, sin el más mínimo atisbo de vida, era atraída cada día por aquella imagen. Quizá las drogas que le daban diariamente no le dejaban distinguir nada, ya que sus ojos se nublaban con facilidad; pero en aquella especie de cuadro iluminado veía una diminuta imagen que no alcanzaba a dibujar en su mente, quizá su cerebro había perdido ya toda inteligencia, coherencia…
Aunque hermética, al otro lado de la ventana había vida, un bien del que ella ya carecía, pero presentía que el futuro de su amargo aliento estaba allí.
Aquél pajarillo que cada día paciente la esperaba, era quién la acompañaría en su último viaje.
Esa mañana no tomó las pastillas. Fue entonces cuando lo vio, pudo contemplar su última medicación, la sonrisa del gorrión.

* Imagen de la película "V de Vendetta"







lunes, 6 de abril de 2015

Pereza de amar

Pereza de amar
Según la religión católica, estaríamos incumpliendo un pecado y un mandamiento, extraña y curiosa amalgama.

Cada vez soy más consciente de la necesidad que tenemos de amar y ser amados. El amor es el motor de la vida, pero curiosamente nos encontramos a menudo con más gente que está sola, o lo que es aún peor, que se siente sola.
Existe una pereza generalizada para iniciar una relación sentimental, sea del tipo que sea. La sociedad nos impone un ritmo frenético en nuestras vidas, y eso tan solo para llevar a cabo una vida relativamente normal; trabajo, familia, amigos, algún que otro hobby… ¿cómo vamos a tener tiempo para amar, si casi no lo tenemos para vivir?
Las relaciones se han simplificado hasta puntos que resultan imperceptibles y en ocasiones incluso inexistentes.
La soledad se ha convertido en nuestra mejor aliada y compañera, nos sentimos a gusto con nuestras vidas singulares, sin dar cuenta de lo que hacemos o dejamos de hacer. Viviendo cada día como si fuera el último, diciéndonos a nosotros mismos la famosa frase “Carpe Diem”, nadie desea complicarse la vida demasiado, vivir el día a día y ¡ya!
Entonces, ¿por qué cada vez existen más redes sociales, programas de televisión, etcétera, destinados a encontrar pareja?
Perdonad mi incredulidad respecto al tema.
Si alguien ha encontrado pareja, compañero, o como desees llamarlo, en alguno de éstos lares, estoy convencida de que ha sido por mera casualidad. Igual que lo es cruzar una mirada con un desconocido en una cafetería, y volvértelo a encontrar en algún otro lugar donde acabas entablando un diálogo sobre cualquier cosa sin aparente importancia. Cuando alguien te presenta un amigo, o simplemente esa conversación que inicias en la cola de cualquiera de esos lugares, en los que pierdes infinito tiempo aguardando un turno para gestionar una de tantas cosas a veces absurdas e innecesarias, pero allí está esa persona.
Yo creo en la casualidad, creo en decenas de medias naranjas con las que poder hacer un sabroso zumo a lo largo de tu vida. Creo en el amor y en la capacidad del ser humano para enamorarse y amar para siempre, pero también creo en que pueda no serlo por mucho que nos empeñemos, hay cientos de combinaciones posibles, tantas como personas, emociones y sentimientos.
Pero me niego a dejar de creer en la capacidad de amar, me niego a pensar que no tenemos tiempo ¡Por Dios!; me niego a pensar que incluso las personas que por decisión propia deciden estar solas, no sientan alguna vez en un pequeño recoveco de su corazón, en algún momento de sus vidas, la inquietud y necesidad de amar y ser amados.

Somos libres, sed libres…pero no dejéis de amar y sentir el amor o se os olvidará cómo es, cómo era.
Quizá entonces sea demasiado tarde.

*Imagen de la película "Perfect sense"