miércoles, 27 de mayo de 2015

MI VOZ



https://www.youtube.com/watch?v=XmQuIsDnQ3k


Sé que está ahí.

Quizá sea muda, sorda y ciega. Pero en algún lugar debajo de la piel, entre todos esos otros sonidos de mi cuerpo, se encuentra ella.
No tengo miedo a escucharla, al contrario, tengo miedo de que se pierda entre este tumulto incontrolado.
Cavaré como un presidiario en su celda, aunque sea con una cuchara de hojalata, en las profundidades de cualquier muro que se interponga entre mi voz y yo.

No hay una razón para dejar de escuchar, pero sí para dejar de hablar.
Yo te escucho, sigo aquí.

Encuentra la manera de llegar hasta mí.
Estamos muy cerca.
Mírame.
Óyeme.
Háblame.

Soy tú.

Lo siento.
Perdóname.
Te quiero.
Gracias.



*Imagen de la película: "Café de Flore"





jueves, 14 de mayo de 2015

ERAN DE COLOR MIEL



Eran de color miel. Dulces, atrayentes, vestidos de infinitas pestañas que me acariciaban en cada mirada, penetrando en mi interior como el zumbido de cientos de abejas en un panal. Convirtiendo ese sonido en la más sensual de las melodías, acariciando mi rostro, mi cuello, mi pecho, mi vientre, todos y cada uno de mis recovecos.
Y cada vez con más deseo de besarte, de tocarte, de retenerte entre mis labios, entre mis brazos...
Es deseo sí, y también es amor, un amor labrado a lo largo del tiempo; observándote, viéndote desde lejos, con toda la sensualidad que conlleva el saber que miras sin ser el otro consciente…

No sé qué tienes, pero me fascinas, me enganchas. Eres una droga para mí y soy adicta, es más, quiero serlo. Drogarme de ti, sería el mayor de los placeres que podría proporcionarme la vida.
Me enamoré loca y perdidamente.


* Fotegrafía: Joaquin Phoenix. (Desconozco el fotógrafo)


domingo, 10 de mayo de 2015

EL CANTO DE LA SIRENA II


https://www.youtube.com/watch?v=mrjohQ_PDTY



Se ha salido la sangre de mi cuerpo, toda, y no me he dado cuenta. Miro hacia el suelo ahora de color rojo; he manchado el parquet, tendré que limpiarlo, quizá tenga que usar un producto especial. Espero no estropearlo, es de madera de olivo, tan bonito…
Busco en mi cuerpo un orificio o corte por donde se haya podido derramar la sangre, pero no veo rastro de ella, ni nada que se pueda asemejar a una herida. ¿Qué extraño?
Estoy algo mareada y me falta el aire, aunque sé, no puedo explicar cómo, que no voy a perder el conocimiento; es como si se me estuviera yendo la vida pero siendo plenamente consciente de que no voy a morir.
Me apoyo en el marco de la puerta con la mano, veo en él una marca intensa de color rojo. Parece una rosa recién cortada, aún fresca, de tonos exultantes y llamativos. Soy yo, es mi mano la que ha dibujado con tanta frescura ese cuadro minimalista sobre el blanco marco de la puerta. Mi mano está llena de sangre. Ahora lo entiendo, ha salido de mis labios. Apoyo la espalda en la pared y me dejo escurrir hasta el suelo por miedo a marearme. Allí sentada llevo mis manos a mis labios…están calientes, viscosos. Introduzco ligeramente los dedos en mi boca y me doy cuenta de que está completamente llena de sangre; puedo sentir su sabor salado y metálico.
¿Qué ha ocurrido? Es cierto que siento desde hace tiempo la necesidad de sacar de mi interior, una especie de tumoración que ha ido creciendo más y más cada día. Pero nunca imaginé que ocurriría de ésta manera, en un sanguinolento vómito de células y emociones ligadas como una mayonesa por el suero de mi sangre. ¿Se limpiará así mi corazón y mi conciencia? ¿Desaparecerán los miedos, las dudas y todo aquello que me aterra, y no me deja vivir en paz conmigo misma?
Hice mis prácticas en hemodiálisis durante un tiempo cuando estudiaba…sé cómo funcionan esas máquinas. Pero es que yo la he perdido ¡toda! ¿Qué haré? ¿Será posible seguir viviendo sin esos pocos litros de fluido carmesí, tan codiciado en los libros de Anne Rice que leía durante mi juventud, e indispensables para los seres humanos?

No doy crédito a lo que está ocurriendo.
Permanezco unos instantes en el suelo, quizá minutos, horas…no lo sé. La noción del tiempo ha pasado a algún plano lejano ahora para mí, tan solo soy consciente de mi interior vacío, de la cáscara insulsa en la que se ha convertido ahora mi cuerpo.
Miro mis piernas dejadas caer como de una muñeca de trapo sobre el suelo del pasillo, y soy consciente de que se dibuja una sonrisa en mi rostro al recordar que una vez hace mucho tiempo se sumergían en el mar, y se transformaban en la cola de una Sirena a su contacto.
Sí, una vez fui Sirena, con mis escamas relucientes al sol. Con una melena capaz de enredar las manos de los marinos más diestros en la mar. Y con una voz que cautivaba en la distancia, allá dónde se pierde la vista, allá donde solo hay hielo, incluso más allá de los límites de la Tierra.
Yo fui una Sirena…”varada por la realidad”

Pero un día hubo un maremoto en los corazones de las personas que amaba y, de repente todo se transformó en un árido desierto. Siendo la sangre caliente lo único que corría por mis venas, mi piel se secó, perdí mi preciado cabello y nunca más volví a sumergirme en el mar. A partir de aquél día me dio miedo acercarme a él.
¿Será una señal mi sangre derramada? ¿Acaso volverán a aparecer en mi piel las brillantes escamas, mi cola plateada, tornasolada como las perlas y suave y fina como el agua del océano?
Miro mis brazos y no han perdido su color, mi piel mantiene su sonrosada característica.
La sangre ha desaparecido, el suelo está tan limpio que me puedo ver reflejada en él…la madera está tan viva como yo; como mi corazón de Sirena que en el fondo de mí nunca dejó de cantar, y a partir de ahora sé que nunca lo hará.
Un pulso llega desde el techo y una especie de puerta se abre desbordando mar por todas partes. Abro mi boca tanto como soy capaz, y me lleno de toda esa agua que brota naufraga hacia mí.
Mis arterías se rellenan, mis venas vuelven a sentir el retorno del latido de mi corazón. Ahora todo está es su lugar, las aguas han vuelto a su cauce. El mar ha tomado lo que era suyo. Y yo, por fin vuelvo a ser quien era. La sirena que nunca debí dejar de ser.
El océano volverá a ser para siempre mi hogar.
Vuelvo a casa.

*Ilustración de Benjamin Lacombe



viernes, 8 de mayo de 2015

UNA BÁSCULA, POR FAVOR.


(...) un amasijo de sentimientos,hordas de lágrimas que trafican con la sangre de tus venas al haber vendido tu alma al más hermoso y a la vez más loco de los tormentos.

                                                                                                      "El olvido" Canción de Invierno.

https://www.youtube.com/watch?v=STxXS5lLunE

  ¿Se pueden medir las emociones?
  Existe un sistema métrico para el volumen del agua, el volumen de la masa, para la distancia; sea del tipo que sea lo que deseamos medir hay una manera de hacerlo.
Pero ¿qué hay cuando se trata de cuantificar el amor, el afecto o el cariño? He buscado en libros, en enciclopedias escritas en papel, incluso en la famosa Wikipedia  que parece saberlo todo. Pero nada, no he encontrado ni rastro de un “amorometro”, de pesas de cariño, o de una balanza de afecto.
Entonces, ¿cómo se hace? ¿Somos capaces por nosotros mismos de reconocer esa medida?¿Se trata de la cantidad adecuada la que le damos, regalamos u otorgamos a cada persona? ¿Nos excedemos?, o todo lo contrario, ¿nos quedamos cortos?

Por ejemplo: el sabor amargo de una despedida. Siempre he sentido que no sabemos despedirnos (y es algo que considero muy, muy importante en las relaciones humanas, dice mucho de las personas; me atrevo a decir que incluso más que los encuentros), ese momento de incertidumbre entre abrazar, llorar, o salir corriendo antes de que tus sentimientos sean tan evidentes que caigas muerta de vergüenza.

O qué me decís de el despertar junto a alguien por la mañana después de pasar una noche juntos…¿Abrazas, besas, hablas, das los buenos días, te vas a la ducha, preparas café? Será tan importante, tanto lo que hagas, como lo que dejes de hacer y, viceversa…

Nuestros padres, hermanos y demás familia. ¿Les amamos lo suficiente? o ¿esa especie de inercia y costumbre hace que a veces subestimemos esas emociones?

Lo mismo ocurre con los amigos, los vecinos, el tendero de abajo, el conductor del autobús…
Todas y cada una de esas personas a las que de alguna manera "amas", sea de la forma que sea; están en tu vida y forman parte de ella.
¿Por qué querer más a una que a otra? ¿Por lo que te aportan? Quizá ¿por lo que no hacen?

Extraña manera la que tiene el cariño de atraparte. Llega agazapado, despacio, y cuando menos te lo esperas se ha abalanzado sobre ti como una pantera en celo. No vas a escapar, ya no podrás, las garras del afecto son afiladas y sangras tanto que te desvaneces rendido a sus pies. De hecho deseas caer para que te envuelva en esa especie de nube soporífera de cariño esponjoso, dulce y tierno.

Qué bonito es el amor, el amor en toda su extensión y realmente qué inútiles somos para amar.
Cuando debes hacerlo no lo haces por miedo, cuando no debes lo haces porque sientes que perdiste la oportunidad anterior. Y cuando de verdad deseas hacerlo, o no llega, o nunca es suficiente. Y ésto solo en cuanto al amor romántico.
Palabras mayores en lo que se refiere al amor paterno-filial…somos unos putos desastres.

Amemos, por el amor de ese Dios que nos observa flipando sentado desde alguna nube allá en el ancho cielo. Echándose las manos a la cabeza pensando, qué estamos haciendo con todas las emociones que nos ha dado.

Yo creo que no sé medirlo.
Y suelo meter la pata. Me excedo, me quedo corta, me excedo más, me quedo mucho más corta…y al final el amor se queda a medio camino de la nada y la nube de Dios,o esa es la sensación que a mí me queda.
Conclusión, no sé amar.

Pero vosotros, no dejéis de intentarlo. Creo que dicen por ahí que, nunca es tarde.



*Imagen de la película basada en la novela:  La mujer del viajero en el tiempo.




martes, 5 de mayo de 2015

NO CONFÍES EN LOS COLORES


https://www.youtube.com/watch?v=STKkWj2WpWM


Lo intenté muchas veces. Escribirte.
Hoy lo vuelvo a hacer y no cederé como en tantas otras  ocasiones, necesito que ocurra de una vez; decirte lo que pienso, lo que siento, lo que me corroe por dentro sin ningún tipo de piedad, destruyendo poco a poco lo que queda de mí. Aunque después de tanto tiempo no sirva de nada, aunque ni siquiera puedas ser capaz de entenderlo porque ya ni yo misma soy capaz de expresarlo. Aún hoy sigue siendo una necesidad vital.

Es difícil hablarle a alguien que no existe, alguien que sabes a ciencia cierta que nunca existirá, pero que de alguna forma aunque sea en algún lugar impalpable incluso para la imaginación, es real.
Y desde ahí, desde ese limbo que ha creado a costa de mi sacrificio, escuchará hoy lo que tengo que decirle.
Gritaré tan alto que, el sonido de mi voz viajará mil veces antes de rebotar y volver a ti dentro de esas cuatro paredes de cristal y ternura en las que parece te han encerrado pensando que no te encontraría.

Te odio, te odio tanto como puedo ser capaz de hacerlo con mi alma humana. Desprecio cada instante que perdí pensando en ti, en tu cara, en tu piel, en tus redondos ojos mirándome con tanta intensidad y amor que hubieran sido capaz de matarme. Desprecio tu llanto, aquél que yo nunca hubiese sido capaz de consolar pues no me correspondía a mí, no fui la elegida…Quizá sigas esperando, no lo sé, ya no podré saberlo. Me fue arrebatado ese don, sin preguntar, sin tener en cuenta mis deseos; mi condición más primitiva de mujer se perdió una mañana de primavera hace ya mucho tiempo…

Te amo, te amo tanto como puedo ser capaz de hacerlo con mi alma humana. Adoro cada instante que pasé pensando en ti, en tu cara, en tu piel, en tus redondos ojos mirándome con tanta intensidad y amor que hubiera sido capaz de matar por ellos. Amo tu llanto, aquél que yo hubiese sido capaz de consolar cada noche, cada día, si hubiera sido la elegida…Quizá sigas esperando, no lo sé, ya no podré saberlo. Me fue arrebatado ese don, sin preguntar, sin tener en cuenta mis deseos; mi condición más primitiva de mujer se perdió una mañana de primavera hace ya mucho tiempo…

Te quiero pero no me esperes,
ya no podré ser tu madre.

* Imagen: Alicia en el País de Las Maravillas