domingo, 12 de febrero de 2023

FEBRERO



https://www.youtube.com/watch?v=JurjLbopx0c


Hoy es la víspera.
Un día más que se acerca a un recuerdo. Memorias que se almacenan en nuestro interior como libros que albergan historias en una estantería. El librero en el que poco a poco vamos convirtiendo nuestra vida.
Yo utilizo cada uno de los huesos de mi caja torácica a modo de estantes. Deposito entre ellos los ejemplares más importantes, aquellos que deseo llevar cerca de mi corazón.
Mañana, en el mundo, será un día más, uno cualquiera entre tantos que nos regala la vida. Otro libro. Pero en mi pecho vibrarán las hojas de un tomo que lleva muchas esquinas dobladas. Marcas que fui dejando antes de escribir su penúltima página.
Existen historias que se escriben durante toda una vida, las hay, también, de las que se narran tras una muerte, o incluso hay algunas que nacen de la nada. Pero existen otras muy distintas. Las sin tiempo. Estas no poseen un final pues escapan de toda lógica y, por supuesto, no sucumben ante la razón. Tampoco tienen un principio ya que existen desde siempre, son antiguas, tanto como el universo.
Y esta, la que vive resguardada entre las páginas de filo dorado, fruto de los rayos del sol. Esta, la que permanece al cobijo del viento con palabras talladas por la luz de las estrellas. Esta, la historia a la que los ojos del cielo y el mar han mirado con cariño tantas veces. Esta que encierra secretos susurrados a la brisa. Esta, la historia que posee la sabiduría de las almas viejas. Esta, la que lleva entre sus manos el perdón. Esta, la historia compasiva, la historia que ha sido concebida para comprender. Esta, la historia del amor sin límites. Esta y no otra es la que está escrita en ese libro de aspecto desvencijado ante los ojos ajenos.
Mañana, cuando el alba rompa en pedazos la oscuridad, el amanecer, con su mano delicada, abrirá este libro por la página señalada. Lo dejará apoyado con ternura sobre mi pecho. Sentiré el peso de lo que fue real y la fragilidad con la que ahora llegan hasta mí todos aquellos recuerdos. Respiraré, nuevamente, la historia escrita que encierra en su interior y las horas del día marcarán el ritmo de los acontecimientos pasados, así como también lo harán con el presente. Las manillas del reloj nunca  se detienen, no lo hacen por nada ni por nadie, tampoco las emociones ni los sentimientos y mucho menos, la vida.

Al llegar el ocaso, con su manto de noche, lo tomará de nuevo. Deberá arrancarlo de mi piel, pues ella recuerda el tacto y se lo queda, lo mimetiza, pero la noche se lo lleva, debe hacerlo. Marcará la página, lo cerrará y colocará de nuevo en su estante, mi costado izquierdo, en la costilla flotante, allí donde llevo escrito, al filo, al borde, tu nombre.


Hoy pienso en mañana y mi corazón se aferra a tu libro, se impacta contra mis costillas en busca de la historia que una vez, aquí en la tierra, compartimos.


📷Imagen: Un tranvía llamado deseo

🎧Música: Billie Holiday "I'll be seeing you




 

No hay comentarios:

Publicar un comentario